martes, 20 de septiembre de 2011

Escultura en Chile:
Hasta aproximadamente fines del siglo XVIII se puede apreciar que las manifestaciones artísticas y culturales en Chile y en el resto de Latinoamérica habían estado claramente determinadas por la visión de mundo y concepción integral del hombre propias del pensamiento colonial: esto es, con un notorio sentido religioso que subordinaba de una manera fundamental todas las actividades humanas.
Sin embargo, un acelerado proceso de sincretismo hispanoamericano, unido a una importante corriente artística creciente, el retrato civil, se perfilan como antecedentes de lo que sería el arte del siglo XIX o republicano, cuando se produce un marcado giro en el eje conceptual del artista, resultado de un nuevo contexto histórico definido por los procesos de independencia de las colonias americanas.
Decisivo rol jugaron en estos cambios las ideas de la ilustración que llegaron a los americanos, trayendo consigo un marcado sello laico que poco a poco fue reemplazando a la preponderancia religiosa y que jugó, finalmente, un papel fundamental en la más importante idea republicana: la exaltación de los valores de la República como nueva forma de gobierno que reemplazaba a la caduca monarquía.
Estas ideas, heredadas de los pensadores contemporáneos a la Revolución Francesa, permitieron, junto a otras condiciones históricas, la independencia de las colonias americanas y, una vez concretados estos procesos, sirvieron de aparato conceptual para la aparición de un arte nuevo.

Escultura



Escultura es el arte de modelar, tallar y esculpir en barro, piedra, madera, metal u otra materia conveniente, representando en volumen, figuras de personas, animales u otros objetos de la naturaleza o el asunto y composición que el ingenio concibe.
Se llama también escultura a la obra hecha por un escultor.
El origen de la escultura puede explicarse considerando cuán natural es en el hombre la tendencia a imitar, en volumen, las formas de la naturaleza y qué espontáneo placer experimenta el alma humana en la rítmica combinación de la línea y la masa.
Este arte ha creado en el curso de su historia, dos clases de belleza: la imitativa y la imaginativa.